LLAMADO DE LA SANGRE

Nada ha reconfortado tanto a mi alma errante como un abrazo y un gesto de cariño sincero, sobre todo si los mismos son provenientes de personas que nunca me habían visto, pero que me brindaron su calor y me hicieron sentir que a ellos pertenezco. Eso sentí cuando, después de treinta y cuatro años de no estar, el Universo me dio la oportunidad de conocer y saber quiénes eran esos a quienes mi madre llamaba mi FAMILIA, un concepto que por muchos años me fue ajeno, no por no desearlo, sino porque las circunstancias de nuestras vidas había impuesto la distancia como regla y no había permitido el encuentro. Descubrí que en su compañía me sentía pleno, feliz, amado, respetado, grande.

Y no porque ellos estuvieran allí para conocerme (cosa que agradezco infinitamente), sino por tener la dicha suprema de poder abrazar a otros seres (distintos de mi madre y mi hermano) que tuvieran la misma sangre corriendo por sus venas que la que tengo yo. De tener la fortuna de experimentar una sensación de absoluta confianza entre personas que acababa de conocer y que sólo con vernos y estrechar un caluroso abrazo, se derrumbaban murallas emocionales y se deshacían como por arte de magia años de dura ausencia involuntaria.

Había experimentado yo, en otros tiempos, estar en una sala acompañado por otras personas que me habían brindado su amistad y su cariño incondicionales, pero nunca antes en una sala donde todos los reunidos compartíamos un vínculo afectivo invisible que corría por nuestras venas y donde se VEÍA la energía fluir entre todos los presentes. Recordé en ese momento el viaje fantástico que realizaron John y Charlene, protagonistas de la Novena Revelación, libro escrito por James Redfield y que relata cómo aquellos penetran en las selvas del Perú (¿Casualmente?) buscando conocer herramientas que les harían entender mejor su presente y futuro. En la búsqueda, aprenden a “sentir” y a “ver” el AURA de las personas y deducir a partir de ésta, la alegría o la amenaza de aquellos que les rodean.

Eso lo sentí y lo vi. Fui testigo atónito de cómo la energía que nos rodeaba, una energía de cariño, de amor, de solidaridad, de compañerismo, de FAMILIA, se apoderó de todos los presentes: circulaba entrando y saliendo de todos los que estábamos allí, sin que nadie lo notase. El ambiente era grato, como de otro mundo. Sentía mi sangre fluir como un río de emociones y VEÍA el color que desprendían todos los presentes y como nos comunicábamos sin siquiera cruzar palabras. Fue una sensación sublime, de éxtasis, de alegría, de profundo respeto y amor que jamás había sentido. Vino a mi mente la escena de la película AVATAR en la que los Na’vi, reunidos bajo el Árbol de las Almas, danzaban, se conectaban e invadían de luz e invocaban con ello a Eywa para que salvara la vida de Jake, el protagonista.
Gracias al Universo por darme la dicha de tener una familia tan hermosa, tan llena de cariño, de amor, de experiencias enriquecedoras, de historias tan bien contadas, de tanta alegría. Gracias por recibirme en Perú y en Noruega y por hacerme sentir querido y respetado. Gracias por abrirme las puertas de sus casas y de sus corazones. Las mías están por siempre abiertas para ustedes. Sobre todas estas cosas, agradezco también tener la fortuna de haber sido bendecido con la madre que tengo (La Joya de la Familia), que luchó contra todos y contra todo por levantarnos y hacer de nosotros personas de bien, con valores, con educación, con formación ciudadana, que ella se dedicó a enseñar abnegadamente con su ejemplo, su tesón, su inteligencia, su infinita capacidad para soportar situaciones adversas, su valentía, su empeño, su ternura y todo su amor.

Todo ese amor y ese conocimiento son usados ahora para enorgullecerla y para que se sienta realizada. Fue ardua la tarea y los sacrificios, pero puedes estar tranquila madre… El trabajo fue bien hecho, lo certifico. De mi parte el agradecimiento eterno por regalarme, en un momento de mi vida en que la búsqueda espiritual marca la pauta, la fortuna de haberlos conocido, abrazado y sentido como lo que son: MI FAMILIA. Finalmente supe lo que es y lo que representa  EL LLAMADO DE LA SANGRE.

Eterna y orgullosamente suyo,

Zadir Correa Vergara